Por Gonzalo Volpe Gómez
El viaje empezó mal. Apenas había bajado del avión acompañado por Deborah, la chica que conocí en una ducha del Biergarten Hostel de Ilha Grande en 2017, unos militares nos pidieron que los acompañemos. Sin darnos motivos nos revisaron absolutamente todo el equipaje para luego decirnos que una de nuestras valijas había sido marcada por la policía porque poseía un disposivito electrónico: Ese dispositivo electrónico era simplemente un puerto USB que sirve para cargar teléfonos. Después del mal entendido y del estres que este causo, ingresamos a San Andrés.
Nos fue a buscar al aeropuerto Ike Smith, dueño de una posada moderna ubicada en el centro de la isla y ahí la cosa empezó a cambiar. Encontrarse con un tipo tan simpático y preocupado porque nuestro viaje sea verdaderamente de descanso no sucede en cualquier lugar y eso nos devolvió el ánimo rápidamente. Nos llevó a recorrer la isla y nos tomó nuestra primer foto con el famoso "I love San Andres" de la peatonal, pero mi cara inevitablemente no salió del todo bien, había otro problema, el problema que más había temido y del que no había encontrado ningún tipo de información ni en internet, blogs, o instagrams de viajes. ¿Y saben qué? Voy a contárselos al final, prefiero que conozcan primero San Andrés.
Johhny Cay, Isla de San Andrés, Colombia.
Nuestra propuesta de vacaciones era concreta, queríamos hacer turismo aventura y recorrer lo más posible. Nuestro plan de viaje era 5 días en San Andrés y 5 días en Providencia, una isla cercana y más desconocida, a la cual se puede acceder por ferry o por avión.
NO GASTEN EN TAXIS. Los buses (o colectivos) funcionan perfectamente en San Andrés y nos llevan a cualquier parte de la isla de forma económica. Se pueden subir y bajar en el lugar que quieran y la tarifa es la misma.
Playa Zarpada, ubicada enfrente de Rocky Cay, Isla de San Andrés, Colombia.
El primer día, arrancamos temprano y nos dirigimos hacia Rocky Cay en bus. Apenas llegan a la entrada se van a encontrar una playa, y enfrente, el Cayo al que se accede caminando. El agua generalmente no supera los hombros de un adulto pero todo depende de la marea. Mi consejo es que si no saben nadar bien alquilen un chaleco ahí mismo. El cayo, como dice el nombre, es pura roca y es solo para quedarse un ratito.
¿Vale la pena? Es lindo conocer absolutamente todo pero sin lugar a dudas que hay playas mucho más lindas que la de Rocky Cay. Por la tarde, nos dirigimos nuevamente en bus al Hoyo Soplador. Acá si los detengo un minuto: En mi opinión es una total pérdida de tiempo. Mientras algunas personas admiraban el aire que salía del hoyo, yo simplemente pensaba en que podía estar en otro lado y a eso se le suma que hay personas locales que te persiguen para sacarte fotos y después cobrarte. Un momento Gonzalo ¿No te está gustando nada de San Andrés? La tarde mejoró gracias al agua cristalina de las Playas de San Luis, donde encontramos un pedacito de mar solo para nosotros. Sin embargo, el plato estrella iba a llegar al otro día.
Johnny Cay, Isla de San Andrés, Colombia.
El segundo día y a decir verdad sin mucha expectativa, fuimos a realizar la excursión más famosa de la isla donde se conocen dos cayos y podés nadar con mantarayas. El tour cuesta $40.000 colombianos por persona (13 USD aproximadamente).
El barco había dejado atrás la costa de San Andrés y en pocos minutos estábamos llegando a Johnny Cay, mis ojos se abrieron de par en par y la única expresión que me salió de la boca fue: "Este es el verdadero Caribe Deborah". La playa estaba hermosísima, el mar con sus 7 colores brillaba por el sol y el agua cristalina nos dejó atónitos. El cayo es pequeño y tiene dos sectores de playa de arena fina. Mi recomendación: Pasar un día entero en este paraíso, nosotros solamente estuvimos dos horas ahí y nos quedó gusto a poco. Allá hay bastantes restaurantes donde beber y comer. Nosotros aprovechamos y almorzamos un pez con arroz de coco exquisito. Luego, nos dirigimos nuevamente al barco donde comenzaría el segundo trayecto de la excursión.
El trayecto duró muy poco tiempo y en minutos nos encontrábamos llegando a Cayo Aquario y otra vez sucedió, ahí estaba, el Mar Caribe en su esplendor. Cayo Aquario es uno de los lugares más lindos en los que tuve la suerte de conocer, aguas muy tranquilas y cristalinas, distintos tipos de peces y el coco loco más rico de todo San Andrés. Dependiendo de la época, se forma un banco de arena impactante que divide al mar en dos, generando un escenario magnífico. Desde allí se puede conocer el Cayo Haynes cruzando caminando, pero en mi opinión, este cayo es bastante más feo que Aquario y cuenta con zonas de pasto. Sin embargo, en el cruce de uno a otro se pueden observar gran cantidad de peces y hasta mantarayas.
Johnny Cay, Isla de San Andrés, Colombia.
El día había sido perfecto y yo había vuelto a sonreír, todo el viaje había valido la pena después de conocer Cayo Acuario y Johnny Cay, son lugares increíbles. Pero todavía faltaba algo, volvimos una vez más al barco y tras unos diez minutos nos avisaron que habíamos llegado al lugar de las mantarrayas. ¿En serio? ¿Dónde están? Pensé. Me lancé al agua sin mucha expectativa, sin chaleco y sin snorkel. De repente, veo a lo lejos una sombra gris en el agua y decido meterme. Ahí estaba, era una raya mediana y de repente otra, y al darme vuelta otra y para los lados más rayas. Eran muchísimas y algunas de tamaños impactantes. Había visto muchas veces estos animales pero nunca en tanta cantidad y libres en el mar. Este último punto no es menor, averigüen antes de hacer los tours y pregunten como es el trato con las rayas. Ellas tienen que estar libres, esa es la verdadera vida en la naturaleza, no encerradas en una pecera de acuario para que los turistas sin alma se saquen fotos.
Nadando con mantarayas en pleno Mar Caribe, Isla de San Andrés, Colombia.
La excursión termina con un rápido recorrido por los Manglares donde los peces y las distintas especies del archipiélago van a colocar sus huevos y donde nace la vida de San Andrés.
Parasail en Isla de San Andrés, Colombia.
El día comenzó con una visita al Eco parque West View, posiblemente la piscina natural más linda de toda la isla. Allá encontrarán un tobogan que conduce hacia las aguas del Caribe, y para los más valientes, dos trampolines. Una vez en el mar podrán disfrutar de nadar, hacer snorkel y estar en contacto con diversos peces. Se puede llegar al parque mediante bus y la estadía recomendada es no más de 2hs.
Queríamos aventura y fuimos decididos a eso. A las 14hs teníamos una cita con la valentía, ibamos a volar sobre el Mar Caribe con un paracaídas atado a una lancha. La hora llegó y nos encontrábamos en la lancha con un grupo de unas 15 personas esperando los preparativos. Les confieso la verdad, estaba muerto de miedo, el cual aumentó cuando los guías quisieron lanzar el paracaídas por primera vez y se les cayó al agua. ¿Ahí nos tenemos que subir? Me pregunté.
Volvieron a intentar levantar el paracaídas y esta vez con éxito. Estaba todo listo. ¿Quién iría primero? Era obvio, el guía se dio vuelta y a los primeros que eligió fuimos nosotros. Con más dudas que certezas nos colocamos el arnés y nos pusimos en posición para iniciar la locura, perdón, la aventura. Unos instantes después estabamos sobrevolando el Mar Caribe. Fueron unos 15 minutos de vuelo muy placentero, donde debido al funcionamiento del paracaídas los movimientos de la actividad son tan lentos que no dan miedo.
!Definitivamente si hay un lugar para hacer parasail es San Andrés! Las vistas son inexplicables y permiten disfrutar en su plenitud de las vistas del mar de los 7 colores. El paseo cuesta $160 mil colombianos (52 usd aproximadamente) por persona.
Cayo Acuario, Isla de San Andrés, Colombia.
Luego de 3 días de paseo en San Andrés, decidimos ir a la isla vecina: Providencia. A ella se puede llegar desde San Andrés en ferry (3 hs aproximadamente) o en avión (15 minutos) y contiene un microabiente muy distinto a San Andrés. Providencia es más salvaje, rústico y con más vegetación, pero a su vez, es más caro y presenta dificultades a la hora de transportarse ya que no tiene servicio de bus. El anhelo de los que visitan este destino es bucear o realizar snorkel en la tercer barrera de coral más grande del mundo.
Al volver a San Andrés, decidimos visitar uno de los pocos lugares que no conocíamos: la Piscinita. Este lugar es un tanto parecido a West View pero sin toboganes, ni trampolines. Es pequeño pero está totalmente lleno de peces. Tengan en cuenta que para ingresar hay que abonar $4.000 colombianos (1,30 usd aproximadamente) y que los domingos no abre. Otra cuestión importante que deben saber es que es un actividad que lleva como mucho 2hs. A media cuadra de ahí, hay un lugar similar llamado Lukuman en el que no hay que pagar para entrar y el cual tiene mucha menos concurrencia. El mismo posee un trampolín para saltar al medio del Mar Caribe.
Teníamos nuestra última tarde libre y decidimos repetir la visita a Aquario y a las mantarayas, sin lugar a dudas, las dos actividades que más nos gustaron. Un plus fue realizar el mismo tour en horarios distintos ya que todo cambia, las condiciones de la marea, la puesta del sol y hasta la cantidad de personas que hay en los lugares. Tuvimos la suerte de ese día, ser la última embarcación en abandonar Cayo Acuario y disfrutarlo al estilo más natural posible.
Al caer la nochesita, las playas de San Andrés abren paso a una vida nocturna activa. Restaurantes, bares, discotecas, música en la calle y mucha buena onda. La parte más linda para pasear es la peatonal de la costa que desemboca en la Zona Rosa. Ahí van a encontrar hamburgueserías, cervecerías y un Juan Valdez Café. El plato típico es pez frito o a la plancha acompañado con arroz de coco (¡es una delicia!), ensalada y patacones (banana frita). Comer, dependiendo el lugar, cuesta aproximadamente entre $15.000 colombianos (4,80 usd) y $50.000 colombianos (16 usd) por persona. También hay opciones bastantes más baratas donde comen los residentes de la isla.
El Rey de las Arepas (Avenida 20 de Julio y Calle 5): Se encuentra en una galería donde comen los locales y los precios son mucho más económicos que en otros restaurantes. Las arepas son exquisitas y cuestan entre $3.500 y $7.500 colombianos (1 usd - 2 usd). En la entrada de la misma galería hay otro restaurante que tiene picadas, hamburguesas y otros platos locales con precios relativamente baratos.
Restaurante ubicado en la entrada de la galería de Av. 20 de Julio y Calle 5.
Restaurante ubicado en la galería de Av. 20 de Julio y Calle 5.
Los precios y horarios están sujetos a constantes cambios. Te recomiendo que los chequees en las páginas oficiales o con el hospedaje que contrataste antes de comenzar tu viaje.
En fin, San Andrés es una de las formas más baratas de conocer el Caribe desde Buenos Aires. El mar de los 7 colores acompañado de la posibilidad de hacer turimos aventura, sumado a un abánico de actividades nocturnas que van desde comidas hasta fiestas en barcos, cumplió ampliamente nuestras expectativas.
Un parráfo aparte para la Posada de Smith, no exagero si les digo que fue la mejor atención que he recibido en un hospedaje, cálida y totalmente servicial. Ike Smith, su dueño, estuvo atento en cada detalle de nuestra estadía y hasta nos invitó a desayunar una típica comida colombiana exquisita a base de yuca. Recuerdo también una frase que él mencionó y que me hizo sentir como en familia: "Moléstenme, estoy aquí para que me molesten".
¿Se estan preguntando cuál fue el problema al que me refería? En el siguiente link se los explicó con detalle: El problema del Caribe.